lunes, 16 de abril de 2012

MI VIAJE A MADRID (Segunda Parte)


Pues como os comenté en el anterior post, hace unas semanas estuvimos en Madrid, y allí seguía, tal como la dejé la última vez. La gente no anda, te atropella, nadie mira a nadie, al menos con curiosidad o buenas intenciones.Con su brutal competencia y típica superficialidad, siendo cada uno y todos en conjunto animalillos insignificantes, solos y perdidos entre bloques de hormigón y acero, sí así es Madrid, al menos como lo veo yo.
Pero a pesar del frío y la lluvia, el Martes nos dio una tregua el tiempo y mi novio me sorprendió con una ruta turística Metro/bus/pie  a cortesía del GPS de su blackberry, ya os la comenté anteriormente.
Estuvimos alojados en el "Hotel VillaMadrid", lo recomiendo encarecidamente, por el  servicio, la limpieza y ese precioso e inmenso salón-pirámide a media luz, con una estupenda decoración, un sitio de recogimiento para relajarse después de un paseo por la bulliciosa ciudad ,espléndido. En el recibidor de nuestra planta unos cestos de fruta fresca para los clientes, un detallazo. Un 10 y eso que no llevo comisión.


El Miércoles fuimos a desayunar a un sitio llamado "La menuteca de Silvia y Ana", lo ponían muy bien en internet, pero a mi lo único que me gustó fue el techo lleno de espejos porque vamos, pedimos una palmera de hojalde con cobertura parecida a un ganache o toffee de chocolate negro recién hecha, blanda, aunque el sabor no estaba mal del todo. Pero eso y un zumo 6 euros, ¿donde vamos a llegar?. La idea del lugar no es mala, se trata de un sitio bien pensado para la zona donde está, es como una cafetería para desayunos y además ofrece la opción de termos de café y té , bandejitas de repostería, de menús salados en miniatura individuales, platos preparados y tartas para llevar. Creo que exigían mas de lo que ofrecían. Me recordó a un sitio parecido que tenemos en Cartagena llamado "Kuss".



Para comer fuimos a un lugar del cual no vais a encontrar nada en Internet, llamado "Restaurante Fuencarral" dirigido por una mujer muy eficiente y trabajadora que no perdía detalle de ningún cliente, con una decoración de un Restaurante de 3 tenedores y el precio de menú de cualquier cafetería, impresionante el servicio y la atención al detalle de la cocina ¡y por 9.50 euros!, calidad-precio lo mejor que encontramos en todo el viaje, ubicado en Fuencarral muy cerca de un colegio, no recuerdo el nombre de la calle, fuimos por recomendación y nos costó encontrarlo porque está escondido en un callejón y no existe para la red. Me sentía como si buscara el Restaurante Italiano clandestino de Cicely, reservado a unos pocos afortunados que sabían apreciar lo genuino (Doctor en Alaska).Pero que grata sorpresa.Una crema de puerros muy suave, diferente a la típica Vichyssoise, encima tostones de pan, que yo hubiera preferido tostados al horno, al ser fritos llevaban demasiado aceite. 
Mi novio pidió una Fabada casera que era pura crema y poca grasa, nunca había probado algo tan delicado en un plato que por sus ingredientes siempre resulta bastante pesado.Y de segundo, unas alitas del pollo al ajillo que no se parecen en nada a como las hacemos aquí, para empezar, la presentación, enteras, sin partirlas por la articulación, estiradas y no fritas sino horneadas con un picadillo de ajo y perejil y yo no noté vinagre alguno, crujientes por fuera y tiernas por dentro y el ajo no repetía, dorado sin quemar, luego yo pienso que era un refrito que echan a las alitas recién sacadas del horno. Tengo que intentar esa nueva técnica.Todo ello acompañado de pan de torrija y de postre fresas con nata, si, nata de spray, esa fue la única pega de la comida. El único sitio de todo Madrid, silencioso, y en el que se pudimos disfrutar de una comida relajadamente, saboreándola, mereció la pena.

Y el Jueves, como ya teníamos poco tiempo para buscar nada nuevo, fuimos a comer al lugar donde desayunamos el primer día,  "El Cruce", estaba también cerca del Hotel y teníamos curiosidad por saber, para resumir, la curiosidad desapareció tras el primer plato. Ensalada muy bien presentada en plato blanco hondo, de estos modernos con los bordes muy anchos espolvoreados de lo que parecía ser polvo de tomate deshidratado, en el fondo del plato mezclum de hojas verdes de bolsa y con sabor a plástico, encima cebolla frita de lata, fría, aceitosa y amarga, y sobre todo ello una rodaja de queso de cabra.
De segundo un costillar a la barbacoa, que si estaba presentable, tierno, buen tiempo de cocción, había cogido bien la salsa, casera por cierto, pero las patatas panadera estaban crudas.Todo acompañado con un delicioso panecillo individual tipo pan de hamburguesa casero.Y de postre un arroz con leche algo líquido, queríamos ver que tal el puding, ya que no es algo que se estile en Murcia pero al ver pasar un plato de él a la mesa vecina y observar que estaba un poco quemado en la base, decidimos no arriesgarnos, recodaba a un pan de Calatrava seco.


Demasiada "gente guapa",que lo llaman allí, lo que equivale a decir, conversaciones monotema, dinero, gimnasio, kilómetros corridos o ciudades visitadas por trabajo, no merecía la pena ni poner la antena, la verdad.